[listenin’ Requiem for a Dream]

Hoy ha sido productivo, he hecho tantas cosas que casi se me hace imposible numerarlas para contarlas..
Ésta mañana he ido de rojo para tratar algunos temas en el ayuntamiento, concretamente el nuevo plan de juventud de la señora Yoli.. Todo un pedazo de proyecto del que asegura es por una ‘democracia participativa’ y porque los jóvenes de ésta maravillosa ciudad podamos ejercer nuestra ‘plena ciudadanía’.. Todo un cuento de cara a la galería.
Cuando ha llegado la tarde y al salir de casa para dirigirme de nuevo al local rojo me he ido a encender un cigarro y ahí es cuando me he dado cuenta de algo que prometí en una noche de ceguera con my fuckin’ brother: “cuando a éste mechero se le acabe el gas le habré olvidado”..
Es un prendedor que ella me regaló antes de todo, antes de comenzar a deshojar la margarita, mucho antes de si quiera poder llegar a amarla tanto. De alguna manera ese pedazo de plástico con gas me unía a ella todavía en un vinculo hermético del que a veces durante todas éstas últimas semanas no podía ver lo que había fuera..
Evidentemente he tenido que encender el cigarro con una cantidad de aspavientos que la gente me miraba extrañada. Salía una llamita de apenas unos milímetros y apenas podía encender un triste cigarro. Pero lo he conseguido.
Más tarde, al ir al partido de Osasuna-Athletic (que pu_o árbitro, qué equipo de chulos y qué pedazo de afición) he encendido la última vez con ese mechero.
Me he acercado el mechero a los labios y me he puesto a pensar en ella. Entonces me he desviado de mi camino y he ido al árbol solo.
Nadie conoce ‘el secreto del árbol solo’, ni si quiera ella. Supongo que en todo éste tiempo que pasó ni si quiera se ha preguntado hasta qué punto llegó mi amor por todo lo que me rodeó cuando estaba con ella..
‘El secreto del árbol solo’…
Me he acercado al árbol y me he sentado a terminarme ese último cilindro de tabaco, al apagarlo y tras mucho manosear el mechero entre mis dedos lo he dejado allí, a modo de entierro, y me he alejado caminando hacia el Sadar..
Hoy se ha cumplido mi última ‘esperanza negra’ como diría Andrés. Hoy he dejado ya atrás toda esa impunidad del abandonado y ahora me toca salir al frente, a la trinchera, y tratar de nuevo volver a esa cierta normalidad que en algún tiempo caracterizó mi vida..
Alguien de msn me ha hecho leer ésta misma noche al llegar a casa una frase que me ha calado hondo: “nunca dejes de sonreír porque no sabes quien puede enamorarse de tu sonrisa”..

Buena Suerte y Hasta Luego