Este es uno de los rincones que mas me gustan de mi ciudad.
Cada uno tiene ese sitio especial al que siempre va, por melancolía o por pena, pero todos tenemos ese espacio dentro de nuestra ciudad donde nos encontramos a nosotros mismos. Ese sitio donde nos gusta llevar a la persona que queremos, donde nos gusta sentarnos solos o simplemente pasar de largo cuando lo necesitamos. Porque lo necesitamos muchas veces.
En mi caso tengo que recorrer estos metros de calle hasta llegar a cierta plazoleta que se encuentra justo en uno de los puntos mas altos de toda Pamplona. Justo en lo mas alto de la muralla, cerca de la catedral.
Se llega por una de las calles mas preciosas de Pamplona, dejando a la derecha un patio medieval y pasando bajo un pasillo que conectaba un palacete con el otro..



Una vez atravesada la callejuela medieval, con el adoquinado que le da ese aire tan austero, tan de aquellos siglos, llegas a una plaza donde si miras a la derecha puedes ver el Mesón del Caballo Blanco.
No voy a explicar más. Una imagen vale mucho más que mis palabras..



Y hoy he estado ahí pasando un rato solo..
He llegado, me he sentado, he escrito algo mientras Enrique me susurraba palabras bonitas al oído y al marcharme he hecho estas fotos..
Al volver caminando y viendo las calles, las personas, las luces y los edificios bajo la lluvia me he dicho: “ya se que es lo que voy a escribir hoy”.

Porque te miro y me desespero
y no encuentro consuelo que
pueda advertir que aún respiro.
Porque me miras indiferente
y me veo morir un poquito cada día
y en la prisa que busco en tenerte,
me siento oculto, como todo pasa
sobre mí y se agota el llanto
y se va la calma..
Te deseo inalcanzable
pero nada que haga extinguir la duda
que todavía se afina con un sentimiento aspirado,
de ira e impotencia..
Porque te miro y me desespero
y no encuentro la paz que
pueda advertir que aún, vivo.

Buena Suerte y Hasta Luego