Acababa el año y unas lágrima se me asomaban a los ojos a punto de estallar. De una vez por todas se acababa el p_to año 2006..
Me dispuse a plancharme parte de mi disfraz, me lo engalané con ilusión revolucionaria y me bajé a la calle. Allí, sin haberlo deseado, me esperaban las sensaciones más bonitas de lo que iba de 2007, aún sin superar después de dos ridículos días de pagos de factura de sueño..
Justo antes de llegar a la mesa cuadrada esa persona a la que llevaba unas horas deseando abrazar y mirar a los ojos me la encontré sentada en un escaparate.. “Ojala pueda pasar contigo mil nocheviejas como ésta” pensé mientras miraba su cara con la mirada perdida justo en el lado contrario del que yo venía.. Me quedé atónito mirándole unos instantes hasta que le dije ‘hola’.. entonces fue cuando me vi en sus ojos y me lo dije..
Esperamos durante más de dos horas a poder irnos de bares y poder empezar a beber de la forma que más nos gusta a tod@s, pero hoy no contaré qué es lo que fue de esa noche, hoy sólo quería contar dos detalles que me han hecho empezar el año con ese optimismo del que ya creía que carecía y no volvería a sentir..
El ver esos ojos perdidos en el infinito y ser los primeros que vi tras los de toda mi familia en pleno en el salón de mi casa fue, a la vez que distintivo, descriptivo.
Y oír al Marinerito del eje del mal en una llamada de teléfono que realmente me jodió tener que terminar, porque ojala hubiera podido estar con el toda la noche echando ese whisky y ese cigarro, hablando de cosas triviales o de lo más importantes y sentados en unas sillas que se podrán romper pero que él siempre consigue arreglar para seguir manteniendo ese eje del mal tan agradable a veces y tan tranquilo en otras..
Porque ese eje del mal lo conforman no sólo él sino otras almas que juntas se completan/complementan, y realmente eso se puede ver a leguas. Ver y escuchar, como cuando sales del ascensor y oyes la música que ha puesto la abogada de las causas azuladas o cuando oyes discusiones, y risas, y comentarios a la tele, y chillos, y cosquillas.. realmente es el eje del mal, porque te incita a una vuelta más o menos temprana a volver a ver esas caras, a escuchar esas conversaciones y, por qué no, a que te vuelvan a tomar el pelo..
Un Marinerito, una abogada azulada, una enfermera okupa y un tipo cuyos ciegos sólo quiere mostrarlos en su ciudad natal..
Por tod@s ell@s, y en especial por el Marinerito de ojos tiernos, está escrito todo esto. Porque tal vez sino hubiese sido por ell@s yo no me hubiese tomado éstas últimas semanas con esa gracia de la que me contaminasteis y porque seguramente éstas líneas os las merecíais hace tiempo pero jamás me atreví a escribirlas..

Buena Suerte y Hasta Luego

PD: no me olvido del hombre al que de tantas ideas se le quemó el pelo, e?