La primera marea nueva

Hay veces que cuando me acuesto en la cama recuerdo un último beso dado en los labios o en la mejilla fundidos en un abrazo y me pregunto si no volveré a dártelo o no volveremos a dárnoslos..
Realmente creo que puedo dártelo. Me autoconvenzo de ello siempre que me vienen a la cabeza esas visiones apocalípticas del futuro, el que quiero que sea nuestro aunque a veces sea precisamente el rey de la confusión. Supongo que hablar conmigo o conocerme sólo a través de mis palabras es como hablar con alguien al cual ves a través de un espejo y unas veces te parece que diga mil cosas bonitas y otras parece que hable de lo bueno que se ha puesto el día o lo bonito del cielo azul del otoño..
A veces cuando me siento en la bajera y me parece verte entre mis amigos me pregunto el porqué de tantas cosas. Distancia por ejemplo. No hay nada como llevarla con éste ahínco de amor revolucionario rompefronteras y distancias. Ése que se tiene siempre una vez en la vida y crees que puedes con todo, que la espera merece la pena y que verte una vez más, por breve que sea o por divertida que sea la noche, puede borrar todos los días o meses que hayas podido esperar..
Es sorprendente hasta qué punto pueden enamorar tus ojos.
No creo que la próxima vez que me veas, o que yo te vea, saltes sobre mis brazos y me des un abrazo supervaliente, de ésos que notas calor humano, de amiga y de algo más. Tampoco creo que vaya a ser una situación fría de las que no sabes qué decir o qué hacer. Lo que si creo es que será especial. Nos taparemos los labios para no hablar demasiado y nos fijaremos en otras cosas de alrededor para no estar todo el rato mirándonos a los ojos.
Al menos yo.. que soy un cobarde y que, aunque lo sabes, me va más decirte las cosas así, a mi buen modo y mejor marea, porque realmente nadie se entera de cómo te vivo aquí dentro ni cómo me/te siento.
Sí, marea..
Me excita sobremanera escribir y que puedas saber lo que siento.
“pero ya sabes que te leen.. entonces condicionas lo que escribes”..
Supongo que sí y que por eso es todavía más real y más rojo. Con más sangre y vísceras, que aun así no deberían bastar, pero que son suficientes para que la/el que me lea sepa qué soy.
Ahora que lo pienso y tras tanto tiempo que algun@ me lee, no estaría de más volveros a reunir a todos en el mismo sitio y la misma noche para irnos a echar un birra..
Lo mejor de todo es que poc@s sabéis quiénes sois tod@s y eso si que lo creo y afirmo categóricamente: no tendría la misma gracia si os presentase..
(…)
Así que voy a seguir creando mareas, ahora que cambio de piel como en su día lo hizo Enrique. Voy a seguir creando mareas para ti, o para Pamplona, o para todas esas historias que las merecen.. Al fin y al cabo, y aunque no nos guste, la vida es un camino empedrado de horas, minutos y segundos.. algunos habrá que contar, no?
(…)
He buscado durante casi un año la fuerza y ganas suficientes de cambiar el aspecto de todo esto. Enrique llamó a su primer disco bunburyano ‘pequeño’ y le puso los mismos colores de lo que se veía hasta ahora. Más tarde pasó al rojo y negro del cabaret ambulante. Añadiendo nuevos sentimientos, más retorcidos y más barrocos, también más oscuros, más cavernosos. Yo hago así lo mismo..
Querrás tu adentrarte en mis cavernas?
Posted on 12:55 by E and filed under | 1 Comments »

1 comentarios:

Anónimo dijo... @ 21:23

" si un amor cayó del cielo, no pregunto mas..."

me gusto tu nuevo look, me adentro en estas nuevas historias, de vez en cuando los cambios son necesarios.... yo voy a por el mio...

"siempre es hoy, ya es parte de mi ser"