Latidos II

Las caladas surgen como marcando los minutos y las pausas de entre las conversaciones. A medio grado de luz sus ojos azules y verdes parecían asemejarse a la intensidad del horizonte cuando cae el sueño y se despierta la noche. Podía ser el mismísimo sol, pero era una musa..

(listenin’ Nacho Vegas - nuevas mañanas)

En cada paseo pude recoger el sonido de sus tacones, como pequeños tic tacs que te arrastran y dejas llevarte.. pero no siempre es el momento..
Hubo cervezas en las que los pequeños gestos mantenían esa inocencia pura de las conversaciones eternas, del ‘fumas mucho’ y de tinto de ese que ‘mancha los labios’. Nunca deberíamos desprendernos de esa inocencia, no sé por qué a veces tengo la sensación de que no nos debemos separar demasiado, quizá hay distancias que es mejor no establecer..

Una vez me contó que Ella tiene su propio “árbol sólo”, entre otro verde, y creo que a veces tampoco quiso reconocer uno sólo de los senderos que llevan a él. Con el tiempo he pasado a pensar que es bueno recorrer nuevos caminos pero que también es sano aprender a tropezar por uno mismo..
Me contaba que incluso cuando lo hacía antes, no dejaba de ponerse bajo el árbol y empaparse de él, abrazar su tronco y acariciar el momento como masando el pelo de la luna. Yo me la imaginaba con su media sonrisa, suspirando y encogiendo los hombros de vez en cuando mientras llegaba a alguna conclusión al pensar mirando el infinito, tan dulce y tan pícara que le faltan las pecas en las mejillas. Sé, sin duda, que esperaba que apareciera el Minino de Chesire, que quería preguntarle cosas, que no sabe tampoco realmente si quiere todas las respuestas.. Necesita al minino mucho menos de lo que cree, pero me encanta verla con su media sonrisa y mirando al infinito..

Una noche el parque tenía los silencios a flor de piel
y a cada pisada los escalofríos me subían torpes por el estómago..
No se veían las estrellas y no quería asustarse.
Pero la luna la guiaba,
no sabía dónde quería ir,
pero sabía donde estaba..

Y ocurrió que quiso confundir el viento entre las hojas de otoño con las mañanas frescas y soleadas de la primavera, y que volvió a suspirar y ese aroma a noche húmeda le olió a primavera. Se acomodó el cuello de la chaqueta a los hombros y caminó mirando al infinito, como si supiera de memoria la orografía del terrazo que está a sus pies..
Sus ojos brillan siempre con la misma calidez que los tragos del buen vino tinto cuando conversamos.

Cada cerveza que quiso beber fue una copa entre acordes, sus alas sabían volar pero el problema es que no sabían a dónde. “querrás tú rectificar las líneas de mis manos? Qué hay de los posos del café?”.

Ya con la mirada más certera, observando y recorriendo con los ojos cada objeto mientras me hablaba, como confirmando que todo está en su sitio, me contó que no quiso jugar más cuando los abrió, que la niebla cubrió el horizonte y que la primavera volvió a ser viento en los árboles. Entonces la luna se difuminaba entre la espesura hasta encontrarla y, como si para Ella no hubiera ley de gravedad, abrazó sus rodillas y posó su barbilla, después sus párpados, y no supo decir si era soledad lo que sintió entonces, aunque creo que fue anhelo.

Despertó con pasos inquietos al levantarse, con las manos frías y energía renovada. Cualquier hombre envidiaría el aire que le rodeaba.. Ladeó su cabeza y sonrió, como si estuviera posando, sabiendo la belleza de cada instante que entre por mis ojos y que cada instante le pertenecía.
Ese verde no volvió a ser el mismo verde, es silencio y canción a la vez, viento y hoja, senderos y tacón. Entre cada calada permanece el eco de aquella noche imposible de olvidar. Volvía a suspirar y enseguida era tan etérea que de nada servía lo que le rodeaba..

Me susurró que no quiso abrir los ojos cuando un perfume nuevo, conocido no obstantemente, aunque también quizás soñado, se acercó a Ella, acarició su piel como interpretando a un minino y pasando los dedos por su pelo, espalda y vasos, como si esa siempre fuera su noche, se acercó y la besó.

Cada día despierta con la promesa de encontrarle pero no lo busca,
sabe que está ahí,
sabe que será su perfume quién le delate..
Será cálido como el sol,
prometerá la eternidad aun sin saber muy bien lo qué es,
sabrá mirar con Ella un horizonte,
distinguir la niebla de la humedad mañanera,
el viento en los árboles,
y el sonido de los tacones.
Cada día caminará y nadie sabrá quién sigue los pasos del otro,
será vino en los labios,
noche aliñada con el tacto,
canción mucho más que cantante.

Es Ella. Vuelve ahora tal vez más desnuda, más cándida, también más risueña, más que antes.. Crece en Ella una mujer para ser musa, un dios para ser amante, lo perpetuo, la eternidad, envuelto todo en su sonrisa, para ser instante..

Buena Suerte y Hasta Luego
Posted on 18:26 by E and filed under | 0 Comments »

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