Quien me conoce sabe que si no escribo ni cuento nada es porque estoy pensando y sintiendo demasiado últimamente. Es ésa sensación de enfrentarte a un teclado sin nada que ofrecerle de momento, porque todo son ideas y sentimientos que se están madurando dentro de ti y realmente todavía no es el momento de sacarlos al oscuro de una web.
Creo sinceramente que manejo palabras y letras que nadie entiende, ni si quiera pa’ quien están escritas. Creo más sinceramente todavía que quien me lee, me escucha o me mira en la lejanía de una distancia a veces insufrible no sólo ignora el dolor que siento sino que encima no recuerde mi presencia en muchos momentos..
Una noche verde..
Sí, eso es precisamente lo que necesito.
Una noche verde de hierba pamplonesa y niebla interesante. De ojos bonitos y silencios bien marcados, a pulso y fuego, como alguna vez al conocernos. Una noche de miradas tontas y de conversaciones insípidas y desgastadas. Trilladas. Una actualización constante de una distancia mal llevada y mal sentida. Una maquinación en cada mente de cómo marcarle un gol al otro, si de cabeza por un centre llegado de la banda o de un tiro seco y certero desde fuera de un área imaginaria. Y sobre todo la tranquilidad de estar con alguien que te conoce, te comprende y nunca se sorprende..

Buena Suerte y Hasta Luego

PD: la noche me meció y me dijo:
tranquilo, mañana te cegará el sol