simulando poetas

Cuando le llamé ya imaginé que, en el fondo, no me creería:
- Andaba por aquí, haciendo recados, sales ahora no?
A los meses me lo ha confesado..

Cuando la ví marchar sonriente
se me fueron de las manos los globos,
el blanco de la cara se me corrió
y el cielo se me llenó de colores.
Pamplona era otra de esa forma.
Siempre fue maravillosa cuando amanecía un amor,
a la una de la tarde o a las 11 de la noche,
y a mí me tocó con sol de agosto.

Te dije, te digo y te diré que fue para siempre.
Te digo, por ejemplo, que te quiero ahora que hace calor,
y ayer que estaba lloviendo.
Cuando abro la ventana y está nublado,
y en las noches abiertas en que se ve el cinturón de Orión..
Te quiero. Te quiero estando de pie y tumbado.
Dormido y despierto.
Te quiero a la una, a las dos, y a las siempre. De siempre.
Te quiero porque me quieres, y porque lo sientes.
Te quiero porque me encuentras,
y cuando me encuentras me sueltas para luego cogerme fuerte,
y porque me pierdo en conversaciones lineales.

Te quiero con tus manos frías, frente al mar y sobre el río.
Te quiero bajo el sauce llorón de los abrazos nocturnos.
Te quiero en cada mirada de tranquilidad sin altanerías,
y en las clases del neoclasicismo. Y en las de anatomía.

Te quiero cuando andas,
y cuando te duchas,
cuando te duermes y cuando te levantas..
Te quiero cuando en noches como esta me siento poeta,
y también cuando no hables de estos versos cuando me veas..
Posted on 03:18 by E and filed under | 0 Comments »

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