Por las mañanas, lo único que debería presentarse cargado es el café que vertemos, aún dormidos, en tazas con el centro de su ser lleno de grietas. Sin embargo hay días que amanecen espesos de tristeza, con la capacidad de encapotarnos la objetividad, de hacer que nos creamos poco menos que un rastrojo humano..
Hoy ha sido para mí una de esas jornadas y la he sobrellevado lo mejor que he podido, usease, bastante mal, o lo que es lo mismo: no la he sobrellevado.
Antes de irme a la cama varios archivos fotográficos adjuntos a un correo entrante en el buzón me han salvado del enésimo naufragio, entonces he advertido que sigo sumergido en la resaca, y que no una sino mil depresiones posparto creativo valen la pena si detrás de ellas hay un solo par de ojos, una sola sonrisa, un solo abrazo parecidos a los de cada un@ de vosotr@s que hace ahora más o menos tres meses no dijeron ni preguntaron nada cuando decidí tomarme éste café tan largo como el tiempo que Navarra sigue en ascuas..
en fin..
Dicen que ciertas esperas tienen un regusto dulce y no pienso ser yo quien afirme lo contrario. No obstante, dicho almíbar precede al amargor de un parto.
¿Qué será de mí llegado ese momento? Hoy prefiero no pensarlo. Hoy quiero limitarme a celebrar con vosotros un mesversario más. No porque sea justamente hoy, pero sí porque al acordarme he recordado que no (se) lo comenté..
Que corran, por lo tanto, ríos desbordados de vino, manjares y orgías..
Que la fiesta no termine..

Buena Suerte y Hasta Luego