Mi corazón te llama, te grita
y fuerza desesperadamente tu nombre
con cada sístole y diástole que produce.

No puedo dormir..
Ya te has ido y dejas tras tus caderas apenas un rato,
pudiera parecer un aura enigmática
pero albergas ese pequeño misterio,
ése que por pequeño se hace todavía más arcano.
Y entonces se produce el hechizo,
la maldición que hace que seas única cura para mi propio veneno,
mi camino a la perdición..

Créeme, mis neuronas lo comentan febriles,
alcahuetas ellas lo expanden por todos mis sentidos..
- Qué haces?
Te busco,
te encuentro,
te pierdo,
me escondo entre tus caderas,
susurro a tu oído..

Se me altera la visión que tenía de la morfología del amor,
esa que creías conocer, sentir,
haber vivido..
Y cada día lucha por seguir en pie, filibustero y valiente.
Aparentemente rodeado de ataduras,
el vigilante inexpresivo espera su momento.
Sutil, observador de movimientos que delimitan el sentimiento,
Recién nacido y pesado,
camina por caminos incomprensiblemente acertados..
Pero nadie lo ha oído llegar de los que lo han sentido.

Gudari invulnerable,
ni con el alfanje de corte más vivo,
el mandoble del Fuerte o la mágnum con más tino.
Guarnecido por sus profecías
y seguro de todo sentido
no deja nada para la chamba,
todo tiene un fin y un motivo..

Buena Suerte y Hasta Luego